jueves, 16 de enero de 2014

Atribuciones para la realización de inspecciones técnicas de edificios

Después de décadas dedicado a esto de la edificación un profesional debe reconocer en que tipo de debates cabe encontrar argumentos que moderen una postura y en cuales las justificaciones no pasarían de ser más que adornos de cara a la galería como ocurre en el presente caso. No pretendo alimentar el eterno debate de la lucha de competencias entre la ingeniería industrial y la ingeniería de edificación agrediendo a la capacidad técnica de unos u otros. Pero ocurre que los vertiginosos cambios que está sufriendo la legislación relativa a los procesos de construcción y edificación están evolucionando de una manera tan acelerada que parece perder cualquier indicio de racionalidad. 


Si mañana se levantara el ministro de turno diciendo que los médicos de cabecera puede complementar su salario realizando consultas dentistas verificaríamos el calendario para comprobar si es día de los inocentes. Pero ante el disparate de atribuir competencias sobre detección de patologías estructurales en edificación a las ingenierías industriales el debate se deriva a averiguar si existe artimaña legislativa que no la prohíba.

Quiero elevar un grito desesperado a los legisladores que llevan tiempo girando la mirada con respecto a este tema en nuestro país.  Una de las profesiones tradicionalmente más valorada de forma tácita por la sociedad  y el tejido empresarial esta siendo defenestrada de forma continuada sin ninguna razón de ser. Desconozco en profundidad las características de los programas de estudio de estas titulaciones. Yo por mi parte, si he tenido asignaturas de mecánica en mi programa, sin embargo, espero que no tenga que efectuar nunca trabajos sobre la Inspección Técnica de Vehículos. Me da la impresión que soy el loco que cree que el resto del mundo está del revés, ya que ni siquiera llego a alcanzar a entender como se pudo dar por iniciado este debate absurdo: ¿Ingeniería industrial para patologías estructurales de edificación?

El análisis patológico de la estructura de un edificio que ha dejado de ser nuevo, no es una tarea que se pueda aprender en unas jornadas técnicas de fin de semana o unos vídeos de Youtube. Por el contrario, requiere claridad en los conceptos técnicos relacionados con los procedimientos constructivos habituales de la época de fabricación, así como conocimientos sobre las patologías usuales asociadas a las características constructivas y dimensionales del edificio. Pero también, implica hacer uso con destreza de conocimientos sobre identificación de patologías, sistemas estructurales y resistencia de materiales que sin suponer  necesariamente la realización efectiva de cálculos propiamente dichos, si incorporen al análisis la detección inmediata de luces excesivas, secciones insuficientes y comportamientos de servicio inadmisibles que requieren de la mejor cualificación técnica.

Si este despropósito competencial no se autoextinguiera, no nos queda más que esperar que sea la propia sociedad la que de forma efectiva requiera a los profesionales realmente capacitados para llevar a cabo estas tareas, de la misma manera que nos han elegido en el pasado, aún si ser requerida una titulación de forma oficial, de la misma manera que no llevan a sus hijos al médico de cabecera para resolver un problema dental.

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